Sumisión, Obediencia y Consentimiento. Tres conceptos diferentes y mutuamente excluyentes para un perro. Por un lado, estos son tres niveles diferentes de confianza en la Casa, por otro lado, hay diferentes etapas de crianza de un esclavo. Es imposible exigir obediencia al que acaba de convertirse debajo del collar: el diamante se corta con movimientos atentos y reflexivos, trabajo y ciertos esfuerzos, capaces de enfatizar y dar forma a las facetas y el lujo de la piedra preciosa, pero no capaces de dañando su fragilidad. La sumisión es la aceptación de la voluntad y los deseos de la Casa sin razonamiento, sin duda y dolorosa para la elección inferior, la fluctuación entre la opinión y visión del sujeto y la opinión y voluntad del Dueño. Su libertad de elección, responsabilidad por ello y dudas sobre su corrección es humildad. Mientras que la obediencia y el consentimiento son el reconocimiento de la voluntad de la Cámara como más correcta, verdadera, sabia. Reconocimiento tras vacilación, comparación y valoración interna, razonamiento, que tal vez dura sólo una fracción de segundo, pero que nace en sus sentimientos y en House notablemente atenta, como una sombra que se ha deslizado por su rostro y por sus ojos. Es la sombra de tu voluntad. La sombra de la falta de libertad de elección y sus consecuencias. Pero desde el momento en que Top gane la confianza compatible con la humildad, en lugar de la sombra de la duda, verá la alegría y la felicidad de ser necesitado, útil, útil y deseado. Entonces comenzarán a aparecer las facetas del diamante y los resultados del trabajo de la Casa. Exigir obediencia es insensato y vergonzoso para la Cámara. Debe ganarse y aceptarse como un regalo.

 

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